Sabemos que en cuestión de ciberataques, las técnicas evolucionan constantemente y por ello es importante mantenernos al día para estar preparados ante cualquier intento de fraude y saber reconocerlo a tiempo. Dos de las amenazas más comunes son el phishing y el pharming, técnicas utilizadas por ciberdelincuentes para robar información personal y financiera. Aunque ambos ataques buscan engañar a los usuarios, existen diferencias clave entre ellos y aquí te explicaremos qué son, cómo funcionan y cómo puedes protegerte.
¿Qué es el phishing?
El phishing es un ataque en el que los estafadores intentan engañar a los usuarios para que revelen información confidencial, como contraseñas o datos bancarios. Generalmente, esto se hace a través de correos electrónicos fraudulentos que imitan empresas legítimas. Estos mensajes suelen incluir enlaces a sitios web falsos diseñados para parecerse a los originales, con el objetivo de obtener tus datos personales.
Por ejemplo, un día recibes un correo electrónico que parece provenir de tu banco, informándote de una actividad sospechosa en tu cuenta y pidiéndote que hagas clic en un enlace para verificar tu información. Sin embargo, el enlace dirige a una página falsa que roba tus datos personales.